C Cuando visitamos una web queremos que cargue rápido. No queremos esperar. Nuestra paciencia dura segundos (o menos). De lo contrario nos vamos.
La velocidad de carga resulta fundamental para el éxito de nuestro sitio web. Porque la satisfacción del visitante se traduce en mayores probabilidades de venta, y porque Google toma el tiempo de carga como uno de los parámetros de clasificación para el posicionamiento SEO.
Si te gustaría saber cuales son los aspectos que retrasan tu web sigue leyendo, quizás te veas identificado con estas frases : “Pero si yo ya tengo todo. Tengo una web, un dominio, un servidor. ¿Por qué mi web no se carga rápido”, podrás preguntarte. En efecto, no basta con contratar un hosting y subir ahí tu sitio ya hecho.
Como el mantenimiento de un coche, debemos fijarnos en si funcionan de forma óptima todas sus partes.
En Área F5 nos encargamos de optimizar la velocidad de tu página web. Realizamos un análisis completo de tu sitio y planificamos acciones para aumentar su rapidez.
Esta clase de optimización se refiere a la configuración de recarga de los sitios en caso de que sean visitados por segunda o más veces, de modo de que sean leídos desde la memoria de los ordenadores y ya no desde el servidor como la primera vez.
Con dicha optimización aplicada, gran parte de los contenidos serán descargados desde la caché lo que hará que la velocidad mejore notablemente cuando se reingresa.
Analizamos si el plan contratado es el adecuado para el funcionamiento actual de tu página. Puede ocurrir que tu web haya crecido en contenido e imágenes y el hosting contratado sea insuficiente.
También comprobamos que la empresa de hosting sea eficiente; que ofrezca un servicio sin interrupciones ni retrasos.
A veces las imágenes pesan demasiado y ralentizan la página. Por eso, verificamos que sus tamaños de origen sean acordes al espacio que ocupa en la web; cotejamos todos los archivos JPG y PNG para cerciorarnos de que estén guardados especialmente para web.
También eliminamos imágenes duplicadas o ya antiguas sin valor (previa consulta al cliente); y reducimos peso de aquellos archivos en los que no sea necesaria tanta calidad.
Esta tarea consiste en acelerar la velocidad de carga a través de la compresión de archivos en el servidor (mediante el formato GZIP), de forma que se pueda reducir el tamaño de los archivos entre un 50% y 75% aproximadamente.
Con el paso del tiempo la web puede sufrir cambios. Puede ser que se acumulen ‘residuos’, como los que quedan al eliminar plugins que ya no se usan, o puede que se haya añadido más estilos en el CSS con el tiempo.
Lo mismo pasa con el código HTML. Un análisis detallado permite eliminar ‘impurezas’, y comprobar si están claros y organizados. Todo en pos de ganar en agilidad.
Para no mermar la velocidad de tu página también comprobamos la sintaxis y los posibles enlaces rotos de tu página. Estas deficiencias provocan particiones en el servidor, lo que aumenta el tiempo de espera y realiza un consumo excesivo de transferencias de datos.
Si se utiliza este tipo de archivos (siempre y cuando no se pretenda modificarlos) se debe instalar preferentemente sus versiones comprimidas (identificadas con ‘.min’), ya que de esta forma logramos reducir buena parte del peso JavaScript del sitio.
A este proceso se le conoce como ‘Minificar’, que no es más que compactar archivos eliminando todos los caracteres innecesarios.
Cotejamos la calidad de los módulos de tu página. Aquellos que no son óptimos pueden ralentizar la web. También puede ocurrir que los elegidos hayan lanzado actualizaciones que optimicen el módulo y lo hagan más liviano, pero que no hayan sido renovados.